lunes, 22 de marzo de 2010

SILENCIO Y OCULTISMO


FOTO: Público.es

Parece que poco a poco se van destapando los casos de pederastia que han ocurrido en los ámbitos clericales. España es el país a la cola en su denuncia. El revuelo que se ha armado en Irlanda está provocando declaraciones y testimonios en cadena de personas que tras años de silencio relatan sus vivencias.

Todo esto ha permanecido a la sombra, guardado y confiscado bajo llave. La llave del poder y el miedo. Niños en internados o colegios de curas que sufrían estos abusos y no encontraban otra huída más que el silencio, eran otros tiempos. Hace unos días apareció un oscense que confesó haber sufrido estas vejaciones y abusos en el colegio de San Viator en Huesca tras la detención del clérigo en Chile.

No solo existen casos relacionados con la religión. En una escuela de kárate en Gran Canaria se elegían a los alumnos que el director considereba de mayor belleza y aptitudes físicas. Torres Baena, el director, organizaba quién debía acostarse con quién y el momento. Era una planificación terrible. Niños sometidos, la mayoría entre los 9 y los 13 años. Esto se destapó el 26 de enero cuando una adolescente se atrevió a hablar con un profesor del colegio y con la policía para evitar que el hermano de una compañera de clase sufriera como ella. Tirando del hilo salió toda esta trama macabra y organizada que ha matado la infancia de decenas de niños.

Ante cualquier situación de este caso hay que denunciar y denunciar. Complicado, cierto, los niños a esa edad no tienen conciencia sobre lo normal o lógico. Ante cualquier indicio preguntar si ocurre algo, apoyar y dar la confianza necesaria. No se puede truncar una vida por la inestabilidad y falta de impunidad de unos individuos enfermos.

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